La cultura empresarial y su relevancia en los negocios actuales

A primera vista podríamos pensar que el término “cultura empresarial” lleva poca relevancia en perspectiva al resto de la operación de cualquier negocio. Sin embargo, este razonamiento está cambiando día con día y con buena razón. Podemos encontrar muchos estudios y pruebas irrefutables que demuestran que la cultura empresarial es un pilar fundamental e indispensable para la supervivencia y crecimiento de cualquier empresa.

Antes de poder hablar de la importancia de la cultura debemos de entender qué es: La cultura empresarial representa los valores de la empresa, lo que la mueve. Es lo que determina cuál es la relación entre los miembros, la forma de operar, las creencias de esta y de sus colaboradores. En resumen, es la psicología social de una organización. Puesto en términos más simples es la personalidad de una empresa.

El primer paso para poder hablar de una cultura empresarial es definir qué tipo de cultura queremos en nuestra empresa o la empresa en la que laboramos. Para esto debemos de hacernos preguntas como: ¿cuáles son los valores? ¿Cómo quiero que mis clientes, proveedores e incluso mis colaboradores me perciban? ¿Cuál es la forma de reaccionar ante situaciones inesperadas? ¿Qué elementos son prioritarios?

No existen respuestas correctas o incorrectas a este cuestionamiento, pero podemos ver si nuestra personalidad individual (o la de nuestros colaboradores) es compatible con la de la empresa. Esto nos ayuda a estar en unísono con la empresa y todos los que afectan su operación.  

Harvard Business Review, el IPADE y otras instituciones de alto prestigio han publicado varios artículos haciendo referencia a un término conocido como “capital cultural”*. Esto se refiere a lo que una empresa produce y cómo opera. A diferencia de un activo tangible, el capital cultural es intangible pero no por eso su importancia es menor.

Este concepto reúne todas las habilidades, valores y conocimientos de la empresa y por ende de sus colaboradores; dando como resultado la productividad de la empresa.

Está comprobando que para tener una satisfacción de cliente elevada lo primero que tenemos que revisar es la satisfacción interna, es decir la de los empleados de una empresa. Un empleado que no admira en donde trabaja y que no está contento no va a dar su 100% y en consecuencia el cliente no va a recibir la calidad esperada. Debemos de tener empleados felices para tener clientes felices.

Hoy es indiscutible que las empresas deben de invertir en dicho capital cultural, esto va muy de la mano con la inversión en desarrollo de personal, al final del día el capital humano es el motor de las organizaciones. 

Es importante diferenciar dos términos:

  •    La inversión en capital humano se refiere al desarrollo de habilidades, herramientas y conocimientos (capacitaciones, plataformas, planes de carrera…)
  •  La inversión en capital cultural se enfoca en los valores, creencias, procesos, reglas, ambiente y forma de vivir el día a día en la empresa.

El conjunto de ambos conceptos tiene un impacto importante en la forma en la que se percibe a la empresa tanto interna como externa. Esto hace que las empresas cuenten con colaboradores comprometidos con su empresa que trabajan en conjunto para lograr sus metas y las de la organización porque todo está alineado. Un empleado que no coincide con los valores establecidos por la cultura, no va a estar contento y por ende no debería de pertenecer a la organización.

La falta de cultura puede tener consecuencias gravísimas para una organización tanto internas como externas, además de que hace difícil detectar este tipo de problemas y poder reaccionar a tiempo.

Vamos a poner un ejemplo: imaginen a Pedro, el encargado de gestionar los inventarios de una empresa manufacturera. Pedro es extraordinario en cómo lleva su relación con proveedores y cómo negocia los precios de los insumos, sin embargo, es un desorden en el registro de esto y muy seguido se le olvida hacer registros o llena los formatos de forma errónea. Cuando se reciben en bodega, nadie se percata de estos errores. Esto eventualmente afecta los tiempos de entrega y la logística de cadena de suministros.

Aquí vemos dos problemas:

La cultura de la empresa no hace foco en el respeto y diligencia de procesos a pesar de ser una empresa que depende 100% del orden y alineación de áreas para poder cumplir con la alta demanda logística. 

Pareciera que todo se puede resolver simplemente retrasando un par de días los pedidos incompletos, pero analizando más a detalle vemos consecuencias mucho más profundas: El precio de los insumos puede variar. 

Ahora tenemos un equipo de logística saturado que vive corrigiendo rutas de distribución, un equipo de soporte dedicado a explicar los retrasos y un equipo jurídico atendiendo las demandas por demoras ocasionadas. Todos estos costos se podrían evitar si la cultura de la empresa hiciera foco en el orden e importancia de los procesos.  

Más allá de cumplir objetivos y metas, el capital cultural nos puede ayudar a evitar problemas de conducta que pueden tener repercusiones severas en un futuro para la empresa. No dudes en invertir en capital cultural para tu empresa, es una inversión sumamente inteligente. Hoy existen financieras que te pueden apoyar con un crédito o plan de financiamiento para que no pierdas liquidez, no afectes la operación de tu negocio y puedas crear la cultura de tu empresa y vivas de primera mano los beneficios de esta.

 

*Home – IPADE Business School

*The Leader’s Guide to Corporate Culture (hbr.org)

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