Como ya todo el mundo sabe, las nuevas generaciones ya no tendrán el derecho a una pensión de la que las generaciones pasadas sí pudieron disfrutar, por eso, es de suma importancia preservar e incrementar nuestro patrimonio lo mejor posible antes de llegar a esa edad.
La preservación e incremento del patrimonio es un tema que nos debe preocupar a todos, independientemente de nuestras actividades principales del día a día, y el mejor camino para hacerlo no es el ahorro, sino la inversión. Dicho esto, todos nosotros deberíamos tener conocimiento de términos como inflación, volatilidad, mercado de valores, incertidumbre y diversificación, que son las claves para asegurar nuestro futuro.
La incertidumbre y la volatilidad son dos variables que han perjudicado a mucha gente durante las crisis recientemente durante la pandemia, y que no solo podemos verlas en mercados financieros, sino que son parte de la vida misma. Tener un portafolio robusto, diversificado, bien fundamentado y con visión a largo plazo nos ayudará a pasar estos tiempos que parecen tan difíciles, pero que al ponerlos en contexto de 20 años ya no parecen tan complicados, por ejemplo, si nosotros hubiéramos invertido algo de nuestro dinero en el año 2000 a la bolsa de Estados Unidos, nuestro dinero se hubiera multiplicado 2.48 veces, sin importar las crisis que hubo durante este período.
Por otro lado, la inversión a largo plazo es lo único que nos permite seguir teniendo o incluso mejorar el poder adquisitivo que tenemos hoy en día, esto porque es lo único que le puede hacer frente a la inflación, que como ya sabemos, es el aumento generalizado de los precios, derivado de distintas variables macroeconómicas, como la política monetaria, el aumento de costos de producción, las cadenas de suministro, etc.
Dicho lo anterior, hay dos estrategias para hacer frente a la volatilidad, inflación e incertidumbre: la primera y la más conocida, es la diversificación en nuestras inversiones y la segunda es el criterio de calidad que tenemos sobre estas inversiones.
Cuando hablamos de diversificación, estamos hablando de no poner todos los huevos en una canasta, de esta forma si una canasta se llega a caer, tenemos las otras para hacerle frente a los tiempos difíciles. A la hora de diversificar nuestras inversiones, debemos decidir qué tanto riesgo estamos dispuestos a aceptar.
La ley universal de riesgo nos dice que entre más exposición estemos dispuestos a aceptar, más rendimiento podríamos generar. Cuando hayamos decidido cuánto riesgo queremos tener, debemos hacer una estructura de ponderación entre instrumentos de deuda y capital; por ejemplo, si tenemos un perfil de riesgo más conservador, tal vez queramos poner más porcentaje a deuda que al capital, y al contrario si queremos arriesgarnos más, podemos poner más capital que deuda. Después de haber hecho esto, debemos decidir cuantos activos vamos a tener en cada mercado, que activos y cuanto porcentaje de nuestra cartera total.
Aquí es donde entra la segunda estrategia: los criterios de calidad, mientras que en el mercado de deuda es un poco más fácil escoger instrumentos debido al trabajo que hacen las calificadoras, la parte de capitales puede ser un poco más engañosa, lo más común a la hora de empezar es escoger empresas que tengan un balance fuerte, flujo de efectivo, capacidad de pago y que tengan una expectativa de crecimiento estable.
Nadie se va a hacer rico de la noche a la mañana, y esto no es una carrera de velocidad, sino una de resistencia, si nosotros cuidamos que nuestro dinero esté diversificado de la manera correcta y en los lugares adecuados, no hay de qué preocuparnos; hay que tener paciencia y dejar trabajar a nuestro dinero, para que algún día él trabaje para nosotros y no nosotros para él.
Hacen falta palabras para explicar lo importante que es el invertir nuestro dinero a largo plazo, es el patrimonio que hemos logrado construir con todo el trabajo que eso significó, no importa si nuestra actividad preponderante no está en finanzas, debemos conseguir a alguien que nos ayude a preservar ese patrimonio e incrementarlo, debemos preocuparnos y cuidar bien lo que hemos construido, porque nadie lo va a hacer por nosotros.
Por Santiago Zavala